PARADIGMAS
A lo largo de la historia han
aparecido una serie de paradigmas en la sociedad que nos afectan en cierta
forma el desarrollo como personas al relacionarnos con los demás y al adquirir
un conocimiento pero antes de eso debemos preguntarnos ¿qué es un paradigma?,
es una transformación de nuestro modo de pensar, percibir y valorar las cosas
que nos rodean; para así llegar a entender mejor de qué manera influye en la
sociedad.
Los paradigmas no dejan que las
personas tengan una visión del mundo frente a nuevas oportunidades que se
presentan para cambiar ese modo de pensar y actuar, un ejemplo claro de esto es
que nuestros padres o abuelos se inclinaban más para que sus hijos estudiaran
ingeniería, economía o administración, carreras universitarias que parecían más
lucrativas y estables para un estilo de vida bueno.
Es decir que antes se pensaba que
un doctor, un abogado, un ingeniero o un administrador de empresas tenían la
vida comprada por así decirlo. Ahora la realidad ha cambiado incluso estas
profesiones son las que luchan en el mercado laboral por conseguir una
estabilidad económica.
Algunas personas que en las
últimas décadas se han dedicado al arte, la cocina, el turismo o la moda, han
despegado económica y socialmente de una forma impresionante. Es increíble ver
cómo estas profesiones finalmente, al margen de que puedan estar de moda, han
sabido ganarse un buen lugar en la sociedad.
He aquí que los paradigmas pueden
romperse, ya sea por la fuerza de la espada o el peso de los años, ya que si
bien algunos se cambian voluntariamente, en los casos mencionados fue el mismo
entorno y su evolución los que decidieron cómo sería después.
Entonces, ¿cree usted que los
paradigmas existen? Evidentemente sí. Si no existieran, el hombre no tendría
límites y podría hacer lo que quisiera (en el buen sentido). Es así, los
paradigmas existen. ¿Es fácil romperlos o alejarse de ellos? Ciertamente que
no.
Y para concluir para romper un
paradigma, una idea, es necesario tener imaginación, invención y astucia; cada
persona debe desprenderse de los paradigmas que lo encierran y establecen
límites. Una persona puede tomar dos actitudes frente a la aceptación de un
nuevo paradigma: la primera aceptar el paradigma sin reflexión crítica y la
segunda es una actitud crítica que puede decidir rechazarlo o aceptarlo por
motivos realmente racionales.
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